https://mereinvento.com/

Viajar sola y explorar el mundo influyó bastante en darme cuenta de que la vida tradicional ya no me gustaba y de que tenía que hacer algo diferente con mi vida.

Cuando me tomé el descansito ese en 2016, me refiero al año sabático cuando me mudé a España, en lo que más podía aprovechar mi tiempo era en viajar pero había un inconveniente: no tenía con quién. De normal viajaba con mis hermanos pero ellos estaban trabajando en ese momento y en otras ciudades, con amigos de Perú era difícil planear algo con tan poco tiempo y en Europa, en ese momento no tenía amigos en España, estaba recién llegada. Igualmente decidí viajar, dije: “me voy sola, ya fue”. 

Después de darle vueltas al asunto, una madrugada (‘aka’ mi momento favorito para comprar vuelos y equivocarme de destinos y fechas) compré los primeros pasajes: primero a Croacia y luego a Grecia (esta vez no cometí errores en la compra). Sentía una emoción increíble, me sentí súper valiente cuando organicé el viaje y ya no veía la hora de irme, tenía dos semanas para prepararme psicológicamente pero 2 días antes me vino el miedo: “estaré sola en un país que hablan otro idioma, yo sola, yo una chica sola, yo sola, yo sola”, normal, pero lo había organizado bien así que me relajé.

Lo primero que hice cuando planeé todo fue reservar un buen alojamiento que me permita conocer a otras personas, así que decidí hacer full hostels. Los hostels son alojamientos donde solo reservas y pagas por una cama en una habitación compartida. Duermes con más personas, con extraños alrededor entre hombres y mujeres (hay opción de que solo sean mujeres en el caso de las chicas), da un poco de miedo al principio por todos los traumas con los que crecemos y estar ahí con gente que ‘quién sabe de dónde viene’ no es algo cómodo al principio, pero poco a poco te acostumbras y te das cuenta de que no pasa nada.

En la mayoría de los hostels hay una zona común, una sala o una cocina donde puedes conocer a más gente y de hecho es el primer punto para elegir un buen hostel, leer las reseñas sobre la zona común. Mi primer destino fue Dubrovnik en Croacia y ahí conocí a las primeras 3 personas, todas viajaban solas también, eran 2 chicos y una chica, yo estaba súper sorprendida de que viajaran solas también y eso me hizo sentir mucho más cómoda y segura. En ese viaje conocí el término en inglés que es ‘solo travels’, ‘solo traveling’, ‘solo travelers’, que todos describen el término: “viajar solo”, los gringos hace rato viajan solos, pues.

Primera noche en Dubrovnik, foto borrosa pero mi primera noche de viajera sola

Aparte de lo bien que lo pasaba con la gente que conocía en los hostels para salir de noche a cenar o de fiesta, durante esos días de viaje era increíble despertarme y salir a hacer turismo siguiendo mi propio plan, cambiándolo como quería y yendo a mi ritmo, tal vez en el desayuno conocía a alguien que también quería venir conmigo y nos íbamos. Pero viajar solo es otra manera de viajar, no sientes presión por seguir las horas y el plan, no tienes que negociar con nadie si aquí o ahí, si planeaba levantarme a las 8 y al final lo hacía a las 12, nadie me molestaba, y si me demoraba en cambiarme una hora ¡nadie me molestaba! (que si me conoces soy un poquito especial con esto jiji). Y por más de que me gusta viajar con gente y soy súper sociable, sentía buenazo estar sola explorando las ciudades haciendo algo nuevo y poco tradicional.

Una de las cosas más fuertes que experimenté fue acercarme a grupos de gente yo sola. Recuerdo que en Santorini, en Grecia, aterricé de noche y cuando llegué al hostel, sola, vi a un grupazo afuera en la zona común, eran demasiados y dije en mi mente “ya vengo, chicos”, en mi mente porque no conocía a nadie. Me fui a bañar y me alisté rápido, corriendo, yo alistándome para salir con ‘ni sabía quién’, me cambié y alisté como si tuviera el súper plan y me estuvieran esperando. 

Bajé lista y volteé a ver la zona común y seguían ahí, todos súper integrados había demasiados viajeros, sentí un poco de pánico y dije: “¿a quién le hablo? ¿qué digo? ¿cómo lo hago?”. Tenía poco tiempo porque ya era tarde y todos se irían a otro lado pronto, me compré una cerveza en la máquina expendedora (yo ni tomo cerveza, pero necesitaba sostener algo para sentir valor) miré fijamente al grupo grande, vi a dos chicos hablando y dije: “ahí, rápido, ni la pienses”. Yo temblando presionando la lata de cerveza comencé a caminar directo, sin parar, no había marcha atrás, súper segura de mí misma por fuera mientras por dentro moría de la vergüenza. Llegué donde los chicos y creo que dije algo como que: ‘hola chicos, qué tal, de dónde son”, todo en inglés eso sí, porque escuché que estaban hablando inglés. Los dos me miraron y me respondieron súper buena onda y comenzamos a conversar, ¡qué alivio!. Después hablé con más gente y en un momento yo ya estaba integradísima haciendo planes con todos para el resto de la noche.

Y bueno, así comencé a aplicar la misma técnica para acercarme a la gente: elige a una persona, dirígete hacia ella sin pensarla y pregúntale cualquier cosa, la tembladera por dentro es inevitable pero no te desmayarás, ya verás, al final las otras personas también están ahí para conocer gente. En cada ciudad formé grupos que llegábamos a ser como una ‘mini familia’ durante esos días, salíamos, conocíamos, nos cuidábamos y nos divertíamos demasiado.

Aquí en Mikonos, un viaje increíble y con un grupazo

En este proceso de conocer gente de todos los países experimenté el orgullo que se siente al decir que soy de mi país: «Soy de Perú» y que todos digan «wowwww, qué lejos» y la típica de «ceviche, Machu Picchu», se siente buenazo cuando estás fuera y hay gente que reconoce a tu país por algo, ya lo verás.

Y bueno, así poco a poco de tantos viajes se me hizo súper normal acercarme a grupos de gente y hablarles de la nada. Eso sí, también súper comprobado que cuando viajas con alguien más y te quedas en hostels, no va a ser lo mismo y es muy poco probable que te atrevas a hablarle a extraños porque ‘no lo necesitas, tienes a tu amigo’. La mayoría de veces, lo único que te motiva a pasar por ese momento medio diarreico nervioso es ‘estar completamente solo’, por eso lo especial de viajar así.

También había momentos en los que quería estar sola y me iba a pasear, comer e inclusive a bares, y se sentía buenazo y era una experiencia diferente para mí.

Noche de cena romántica conmigo en Santorini

Solo como dato, si no te gusta eso de compartir habitación ni quedarte en hostels con extraños pero quieres conocer gente, hay otras maneras. Hay apps como Meetup, Couchsurfing y grupos de facebook de viajeros por ciudades en los que hay eventos y la gente se apunta, gente que ¡tampoco conoce a nadie! A esos eventos puedes ir tranquilamente en la ciudad en la que estés.

Para los que viajan mucho, esto debe ser hiper básico, pero hay mucha gente que aún no lo hace y no sabe mucho de esto, así que si tal vez no dije nada nuevo ¡buenazo!.

¿Los hostels son solo cosa de Europa? No, todo Latinoamérica está lleno de hostels.

¿Es fácil viajar sola o solo solamente cuando estás en países seguros de Europa? Bueno, también lo hice en Perú. Ahí fui un poco más cuidadosa con los tours y mi truco fue reservar todo con anticipación pagando un poquito más pero con empresas confiables que me recomendaban o averiguaba y leía reseñas. Fue increíble viajar sola en mi país y enfrentar todos los miedos que nos metemos en la cabeza, estuve en Cusco y Puno, y en Puno hice el tour vivencial, o sea ¡me quedé a dormir en una isla del lago titicaca y con una familia de ahí! Me puse a pensar en todo lo que me había estado perdiendo, nunca había ni siquiera pensando en ir a estas zonas tan alucinantes.

En el tour vivencial de Puno, en la noche unas danzas típicas con la vestimenta 🙂

A veces por esperar a tener con quién ir no vas ni a la vuelta de la esquina ni en tu propio país, porque es ‘peligroso’ ir solo o “¿qué voy a hacer ahí solo? qué aburrido”, hay que ir con mucho cuidado pero puedes hacerlo, es más, ¡hazlo!.

No sabes lo rico que vas a sentir al viajar sola o solo, no sé si es como la frase cliché de que ‘te vas a conocer mejor a ti mismo’, pero te prometo que vas a hacer cosas que jamás habías hecho ni pensado hacer, vas a ver que tus límites son menos de lo que pensabas y los recuerdos que harás pagarán todo. Creo que fue una manera alucinante de reinventarme personalmente y esas experiencias fueron las que empezaron a lavarme el cerebro sobre lo que quería hacer con mi vida y de todo lo que hay allá afuera por ver. Viajar solo o sola es increíble, de hecho ahora mismo mientras escribo esto estoy en un viaje sola 🙂

Y ¿qué es lo mejor de mis viajes sola? Que nunca estoy sola, o mejor dicho, estar sola es opcional.

Y si no puedes viajar solo o sola, lo mismo puedes hacer con tu hijo, con tu familia, con quien quieras, no esperar a tener ese grupazo de gente para ir, vete nomás, váyanse nomás. Ya sabes, el tiempo vuela ¡aprovecha mientras puedas!

¿Tú ya has viajado solo(a) y tienes tips que compartir? Comparte en un comentario 🙂

(Gracias de nuevo por leer, si te gustó déjame un comentario y ¡se viene más chisme ya sabes!)

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. “Be a loner. That gives you time to wonder, to search for the truth. Have holy curiosity. Make your life worth living.”

    Albert Einstein

    1. Algo no funcionó la otra vez que me respondí ¡Qué buena frase, Manu! Me la copio para mis frases motivadoras 🙂

  2. ¡Genial! ¡Ya me dieron ganas de hacerlo!

    1. ¡Claro que sí, Laura! Ojalá lo hagas pronto y gracias por leer 🙂

Comentarios cerrados.

Cerrar menú